Resumo:
Nuestros días, saturados de posiciones encontradas respecto a la lectura,
sus facilidades o superposiciones negativas respecto a su asimilación o
entendimiento, en cuanto a los formatos, físicos o electrónicos de los
objetos que contienen la escritura. La escritura desde su conformación hace
más de cinco mil años teniendo como sostén a las tabletas de arcilla ha
transitado con múltiples materiales, naturales o intervenidos por el ingenio
y el uso de la técnica del ser humano. Con el objetivo de identificar los
estudios que abordan los objetos escriturales, en esta investigación se
pretende abundar al respecto y marcar pautas para futuras investigaciones.
Como resultados, aún parciales, podemos mencionar que son pocos los estudios
dedicados exclusivamente a los objetos escriturales; los que hay pertenecen
a los temas históricos, o bien a las lenguas. Como conclusión, se puede
afirmar que hay cuatro elementos, que por su importancia, cultural, social y
económica en el desarrollo han tenido una permanencia considerable: las
tablillas de arcilla, el papiro, el pergamino y el papel.
Palabras clave: escritura; objetos de la escritura; superficies de la
escritura; visualizadores de la escritura.
Abstract: TNowadays, saturated with opposing views
about reading, its facilities or negative overlaps regarding assimilation or
understanding, as to the physical or electronic formats that contain objects
writing. Writing since its formation, more than five thousand years ago, has
as support the clay tablets and other materials, natural or operated by the
ingenuity and the use of the technique of human beings. Aiming to identify
studies that address book-objects, this research is to elaborate on the
matter and set guidelines for future research. As a result, even partial, we
can mention that few studies devoted exclusively to the scriptural objects;
the ones belonging to historical or to languages issues. In conclusion, we
can say that there are four elements that because of its importance,
cultural, social and economic development have had considerable permanence:
clay tablets, papyrus, parchment and paper.
Key words: writing; objects in writing; writing surfaces; viewers of
writing.
Introdução
El desarrollo de la humanidad está en correspondencia con el uso de tecnologías y sus formas de comunicación. Por un lado, la fabricación de utensilios para el sustento alimenticio y la protección de las inclemencias del tiempo fue una actividad primordial para el ser humano desde la prehistoria. Por otra parte, la necesidad de comunicación de las sociedades primitivas fue importante para sostener la cohesión social y la distribución de tareas, tanto para el sostenimiento individual o colectivo. Desde la antigüedad hasta nuestros días, tanto las tecnologías como las formas de comunicarnos se han diversificado. Sin embargo, desde la aparición de nuevas e innovadoras formas de escribir, expresarnos y comunicarnos, actualmente, se sobredimensionan las bondades de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). En principio, no todas las personas en el mundo saben leer, otras tantas no conocen una computadora y, en un caso extremo, no todas tienen conexión a la Internet.
No obstante a la falta de conexión a internet de una parte considerable de la población, los que sí tienen acceso a la red de redes, tienen una amplia gama de aplicaciones: de comunicación oral y escrita, de recreación (juegos), de acceso a la información (periódicos), de video (música, documentales y otros) y de encuentro con la lectura, por mencionar algunos. En cuanto a este último aspecto, se ha escrito, tanto en revistas especializadas como de divulgación, acerca del cambio en su formato: de la lectura de libros y otras publicaciones en papel a publicaciones en formatos electrónicos.
Digamos que el debate acerca de estos cambios en las formas de lectura está cubierto o se están desarrollando investigaciones acerca de las ventajas o desventajas acerca de este fenómeno. Sin embargo, se han encontrado pocos estudios acerca de los soportes de la escritura, o en su defecto, los que existen no han sido actualizados. En otros casos, como se verá más adelante, se limitan a un periodo, o en su caso a una región o grupos específicos. La ausencia o falta de actualización de estudios acerca de los soportes de la escritura en sí no presenta un problema grave, sin embargo, ante la gran avalancha de publicaciones y debates acerca de las bondades de las nuevas tecnologías para el ejercicio de la lectura nos hacen pensar que no han existido otros tipos de soportes de la escritura. Ante estos hechos vale la pena preguntarnos ¿Hay documentos o estudios que traten el tema de los soportes de la escritura? ¿Quiénes han escrito al respecto y desde qué enfoque? ¿Cuáles han sido las funciones de esos soportes de la escritura? ¿Es posible establecer una periodización, tanto de los soportes de la escritura como de sus funciones?
Antes de comenzar a despegar las incógnitas de la investigación, es necesario hacer algunas precisiones, y tienen que ver con algunos conceptos, por ejemplo la escritura, y otras con los alcances y limitaciones de la investigación. En principio, consideraremos lo que propone Ignace J. Gelb (1982, p. 32) en su libro cuando define la escritura como “…un sistema de intercomunicación humana por medio de signos convencionales visibles”, y complementaremos lo que se confirma en la Encyclopedia of linguistics (2005, vol. 2, p. 1192), donde se indica que la escritura es distinguida de otras formas de representación pictórica en la que se relaciona directamente a la expresión lingüística. En cuanto al enunciado ¿Cuáles son las funciones de la escritura? Nos apegaremos a propuesta de Florian Coulmas (1991, pp. 11-14) quien en su obra The writing systems of the world hace una relación de funciones de la escritura en la cual se menciona como soporte de la memoria, a su vez que se expresa como una expansión del rango comunicacional, es un medio de transmisión de mensajes y de regulación social y cumple con funciones interaccionales y estéticas.
Este estudio de primer acercamiento y de carácter descriptivo, se desarrollará de acuerdo a un marco conceptual de la ciencia de la información, es decir, si la ciencia de la información se encarga de la fenomenología de la información, y si la información es un conjunto de símbolos que ayudan a la toma de decisiones. Considerando que esos símbolos también son también la escritura, en este caso, nos centraremos básicamente en los objetos que dan soporte a la escritura y cuyos procedimientos para cumplir con los objetivos serán los siguientes procedimientos: a) búsqueda de información en bases de datos y catálogos de bibliotecas especializadas en ciencias sociales y humanidades; b) recuperación, selección y análisis de la documentación pertinente; c) análisis y cotejo de información con fuentes directas cuando haya duda o controversia, o en su defecto para ampliar la información (visitas a museos y espacios donde se verifique que hay soportes, superficies o visualizadores de la escritura; d) redacción de resultados y conclusiones.
Al indagar, en bases de datos especializadas en ciencias sociales y catálogos de instituciones de enseñanza superior e investigación acerca de las investigaciones, libros, artículos y enciclopedias especializadas en lenguas, que tratan el tema de los soportes de la escritura, se obtuvieron escasos estudios, mismos que son abordados desde distintas ópticas, por ejemplo la historia, la literatura y, las lenguas y lingüística. Hasta el momento, podemos darnos cuenta que cada propuesta es limitada, ya sea temáticamente, por zonas geográficas, periodos que abarcan, o ya sea por la cantidad de objetos que soportan la escritura. Además, se observa que las investigaciones son de distinta naturaleza, algunos son libros o artículos, o en su defecto se estructuran de manera particular y tienen objetivos específicos. No obstante los fines de este grupo trabajos de relacionar los soportes de la escritura, en conjunto, no mencionan ciertos objetos, tales como el bronce, la cáscara de huevo de gallina, el cuero, el cuerpo humano, los huesos de animal, las joyas, los mapas, las paredes, por mencionar algunos, situación que sí sucede en estudios que no necesariamente tienen como objetivo principal el análisis de los contenedores de la escritura.
Los soportes de la escritura: autores, cronología, materiales
Después de localizar, analizar y describir quiénes se han dedicado al estudio de los soportes de la escritura podemos confirmar que ninguno de los autores tiene una lista completa de los soportes de la escritura. Ahora bien, la suma de los enfoques en los cuales se mencionan a los soportes de la escritura, en estricto orden alfabético, son: las ciencias de la comunicación, la etnografía y la geografía, la historia, las lenguas y la lingüística, la literatura, la pedagogía, la semiología y la sociología. Por otra parte, independientemente de los temas de las investigaciones en las cuales se mencionaban los contenedores de la escritura, es posible enumerar los siguientes elementos: archivos, arcilla, arquitectura, bambú, barro, bibliotecas, bronce, caña de bambú, cáscara de huevo de gallina, CD (Compact Disk, en inglés, o Disco Compacto en idioma español), CD/ROM (Compact Disc Read-Only Memory, en inglés, o Disco Compacto de Solo Lectura, en lengua española), centros de documentación, cerámica, cine, cintas de medición, códices, computadoras, conchas, conchas de tortuga, corteza de árbol, cuadernos, cuero, cuerpo humano, disquetes, DVD (Digital Versatile Disc, en inglés, o Disco Versátil Digital en lengua española), DVD/ROM (del inglés Digital Versatile Disc Read Only Memory, o Disco Versátil de Solo Memoria), esculturas, etiquetas de arcilla, folletos, hojas de palma, huesos, huesos de animal, joyas, lápidas, libro, libros electrónicos, lino, madera, madera sin preparación, mapas, microformas, metal, monedas, monedas (plata), monumentos, oro, pantallas de computadora, papel, papiro, paredes, pergamino, periódicos, piedra, piel de animales, piel de carnero, pinturas (arte), pizarra electrónica, plata, plomo, revistas, rollos de papiro, soportes fijos, soportes magnéticos, soportes ópticos, soportes transportables, superficies de cera, tablas de oro, tablilla de cera, tablillas de arcilla, tablillas de marfil, teclados (computadora), tejidos, teléfonos celulares, textiles y vasijas. Estas denominaciones se transcriben tal cual fueron referidas por sus autores.
De los elementos listados, aquellos que han recibido más menciones fueron: el papel (Novelle López, 2012; Thouvenot, 2011; Brown, 1998; García Yruela, 2003; Cassany, 2003; Maciá, 2000; Chartier, 1994; Gaur, 2006; Gabrial, 2008), los libros (Novelle López, 2012; Paredes M., 2003; Chartier, 1993; Chartier, 1996; Chartier, 1997; Petit, 1999; Gabrial, 2008), las piedras (Batalla Rosado, 1995; Lafarga, 2000; Thouvenot, 2011; Brown, 1998; García Yruela, 2003; Harris, 1999; Gaur, 2006; Gabrial, 2008), las computadoras (Ordoñez Santiago, 2005; Brown, 1998; Paredes, 2003; García Yruela, 2003; Cassany, 2003; Maciá, 2000; Chartier, 1994), las tablillas de arcilla (Novelle-López, 2012; Lafarga, 2000; Brown, 1998); García Yruela, 2003), la madera (Batalla Rosado, 1995; Thouvenot, 2011; Harris, 1999; Chartier, 1994; Gaur, 2006; Gabrial, 2008), los huesos (Batalla Rosado, 1995; Brown, 1998; García Yruela, 2003; Harris, 1999; Gabrial, 2008), el papiro (Novelle López, 2012; García Yruela, 2003; Maciá, 2000; Gabrial, 2008), el pergamino (Brown, 1998; García Yruela, 2003; Maciá, 2000), la cerámica (Batalla Rosado, 1995; Bellido Blanco, 2012), la corteza de árbol (García Yruela, 2003; Gaur, 2006) y los rollos de papiro (Brown, 1998; Morrison, 198-; Gabrial, 2008), por mencionar algunos.
Por otra parte, aquellos elementos que alcanzaron menos menciones son: el bambú (Gaur, 2006), el barro (Thouvenot, 2011; Gabrial, 2008), las conchas (Gaur, 2006; Gabrial, 2008), las conchas de tortuga (Gelb, 1963), las vasijas (Lafarga, 2000), las superficies de cera (Harris, 1999), las tablilla de cera (Brown, 1998), las tablillas de marfil (Lafarga, 2000), las monedas (Chartier, 1994), los huesos de animal (Gelb, 1963; Gabrial, 2008), las cáscara de huevo de gallina (Harris, 1999), la plata (García Yruela, 2003), el plomo (García Yruela, 2003), las paredes (Harris, 1999), los soportes magnéticos (Novelle López, 2012), los soportes ópticos (Novelle López, 2012), los cuadernos (Chartier, 1994), el cuero (García Yruela, 2003; Thouvenot, 2011), el cuerpo humano (Thouvenot, 2011; Brown, 1998), el CD (Ordoñez Santiago,, 2005), el CD/ROM (Maciá, 2000), entre otros soportes de la escritura mencionados.
Cronología de los soportes de la escritura que han trascendido en las sociedades
Además, en la medida en que se diversifican las tecnologías, no solo se debe hablar de sopores de la escritura sino de superficies y visualizadores. Aunque, autores como Roger Chartier, (1994) y Laura Novelle López (2012) nos ofrecen un panorama general; el primero, desde la arcilla al E-book y el segundo, del códice al monitor, se piensa que aún hay más elementos que nos indican que dan soporte, o son contenedores o visualizadores de la escritura. Sin embargo hay algunos que han marcado la historia de las sociedades a través de la escritura (Figura 1).
En la figura 1, bastante esquemática, se observan algunos soportes, superficies o visualizadores de la escritura, aclarando que no son los únicos, sino solo aquellos que han cambiado la forma de vida de las personas, e incluso la manera en que se dan las relaciones, sociales, políticas, económicas, comerciales y culturales, por mencionar algunos. En la cronología se muestran elementos como la arcilla, los metales, las piedras, el papiro, la cerámica, las tablillas de arcilla, los libros (manuscritos, impresos y electrónicos hasta los dispositivos móviles como soportes o visualizadores de la escritura, y tanto las fechas aproximadas de aparición como las civilizaciones más características.
La escritura en la antigüedad, según Moorhouse, (1965, p. 248-257) la ejercía por un reducido grupo de personas y las funciones que cubrían eran principalmente de carácter administrativas y comerciales, legales, literarias, de registro de hechos históricos y científicos. Desde el punto de vista administrativo y comercial, se registraban tanto los ingresos (cuentas semanales, mensuales y anuales) como los adeudos, las cuentas comerciales, los libros de registro, los contratos y correspondencias comerciales. En tanto que las funciones legales de la escritura se circunscribían al registro de los casamientos, los testamentos y los códigos de comportamiento (Hammurabi). Por su parte, en relación a las funciones literarias, asociadas en esa época a aspectos religiosos, se pueden mencionar los conjuros, himnos y leyendas. Éstas últimas, también adquirían matices históricos. En esta secuencia de ideas, como ejemplos de algunas las funciones de la escritura se pueden mencionar el registro de acontecimientos importantes de los reyes, las cartas de reyes y gobernadores, las cronologías de hechos y los tratados, por mencionar algunos. Finalmente, se pueden mencionar como ejemplo de la funciones científicas a los registros de registro de enfermedades y prescripciones, observaciones astronómicas, entre otros.
El papiro
El papiro, según la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana (en adelante EUIEA) es una “planta viva…de la familia de las ciperáceas” (1985, p. 1072) utilizado, además de la elaboración de cuerdas para la navegación y pequeños embarques, como uno de los elementos de la escritura por las civilizaciones egipcia y griega, y posteriormente por los romanos hasta finales del Siglo X. Mientras que la Real Academia de la Lengua, (en adelante RAE) indica que de la planta del papiro, “…, con hojas radicales, largas, muy estrechas y enteras, cañas cilíndricas lisas…” (2014, p. 1627) se obtenía de su tallo, tras un proceso de manufactura, láminas en las cuales se podía escribir. Así lo aprovechaban las sociedades para la transcripción y preservación del pensamiento. Durante un largo periodo y debido a una demanda creció la industria del papiro, de tal manera que se crearon distintas variedades: hierático, augusto o real, Livio, Claudiano, Faunio, Anfiteátrico, Taneótico, Saitico, Corneliano, Emporético, por mencionar algunos. Los había de tanta calidad que aún en el Siglo XI la cancillería apostólica usaba el papiro para las bulas pontificias y otros documentos. (EUIEA, 1985, p. 1074).
Por mucho tiempo se utilizó el papiro, hasta que fue imposible cubrir la demanda, además que al final de su periodo de auge tenía que competir con otros, materiales como como el pergamino u otras industrias como la del papel. El primero costoso, pero necesario para la elaboración de productos de alta calidad, y el segundo, dadas las innovaciones tecnológicas para su elaboración y una demanda creciente, más barato. Aun así, no demerita su importancia, el pergamino fue utilizado para la preservación o difusión de los conocimientos, principalmente en las cúpulas sociales de élite (sacerdotes, reyes, emperadores, por mencionar algunos. En nuestros días se han creado, incluso disciplinas como la papirología que se encargan de estudiar la producción, el cuidado y la historia del papiro. A partir de esta contribución podemos preguntarnos para una ampliación de la investigación a futuro: ¿Aún se utiliza el papiro como objeto escritural? ¿Dónde, quiénes y con qué motivaciones se utiliza? ¿Si el papiro, por su importancia agrícola, social, cultural y económica, hasta cuando fue utilizado como símbolo de prosperidad, ceremonial o religioso?
Los libros manuscritos
Según hallazgos parciales, sin considerarse conclusiones definitivas, hasta principios del Siglo XVI, los materiales en los cuales se plasmaba la escritura en los libros manuscritos eran básicamente el pergamino, la vitela y el papel, claro además de las cubiertas, bellamente elaboradas. El término pergamino, tiene los siguientes significados: a) de Pérgamo; b) Piel de la res, limpia del vellón o del pelo, raída, adobada y estirada, que sirve para escribir en ella, para forrar libros o para otros usos (RAE, 2014, p. 1683). “El pergamino es el soporte de escritura predominante durante” la Edad Media (Pedraza Gracia, p. 14). El otro material, la vitela, según es la “Piel de vaca o ternera, adobada y muy pulida, en particular la que sirve para pintar o escribir en ella” (RAE, 2014, p. 2252; EUIEA, tomo LXIX, 1986, p. 568). La EUIEA, además, añade que la vitela es un “Pergamino finísimo y muy flexible. Procede de las pieles de becerrillos y recentales, nacidos o por nacer…” (1986, p. 568). No obstante estos hallazgos bien vale preguntarnos para futuras investigaciones: ¿Quiénes elaboraban los libros manuscritos? ¿Dónde se localizaron los principales lugares donde se elaboraron los libros manuscritos? ¿Quiénes poseían las colecciones de libros manuscritos? Si bien es cierto que con la aparición de la imprenta de tipos móviles, entonces, ¿Cuánto tiempo después del uso de ese descubrimiento tecnológico permaneció la práctica de la elaboración de los libros manuscrito? Ahora bien, en estos momentos en los que el libro impreso compite o convive con los libros electrónicos ¿cómo se asume el diseño y la elaboración de libros manuscritos? ¿Acaso son los libros de artista (llamado también libro objeto) la continuación, total o parcial, de los libros manuscritos?
Los libros impresos
Los libros impresos, desde la aparición y uso de la imprenta de Gutemberg, ha tenido un desarrollo sostenido, tanto en la innovación tecnológica para la generación de productos de distintos formatos y calidades. De hecho se creó una industria alrededor del libro en la cual se involucran muchos elementos, económicos, sociales, culturales, entre otros elementos que catapultaron hasta finales del Siglo XX al libro como objeto de culto.
Aunque en el mundo Occidental el nacimiento del libro impreso se considera a mediados del Siglo XV, el desarrollo de tipos distintos a la imprenta de Gutemberg tiene ya larga data. En China, Dinastía Chan (1765-1123 a.C.), se han podido recuperar cerca de 2500 caracteres distintos hechos sobre fragmentos de hueso y conchas de tortuga, que se rompían en pedazos por medio de puntas candentes para obtener oráculos, y que son el origen de os 80 mi caracteres actuales” (Febvre & Martin, 2005, p. 63). En el Siglo XII, Florian Coulmas (1999, p. 416), hace alusión e ilustra en su libro de sistemas de escritura, en la parte correspondiente a la impresión, a los tipos móviles coreanos. Desde los tipos móviles chinos coreanos y aquellos utilizaos en la imprenta de Gutemberg, ha sucedido una serie de hechos: el libro impreso se ha manifestado como un objeto que ha incidido en las sociedades en general; la sociedad ha asumido al libro impreso como un objeto imprescindible en distintos estratos sociales; el material predominante del libro impreso en el cual se manifiestan tanto la escritura y las imágenes es el papel en sus distintas presentaciones; el libro impreso se ha convertido en un símbolo del saber y por lo tanto es considerado como un elemento insignia; este emblema, el libro, convivió, simultáneamente, con otros objetos escriturales (el papiro, el libro manuscrito, por mencionar los principales) y actualmente coexiste con el libro electrónico.
Ante la relación de vicisitudes relacionadas en el párrafo anterior bien vale presentar algunas cuestiones para ¿Por cuánto tiempo convivió el libro impreso occidental con otros elementos escriturales, el libro manuscrito y el papiro, por mencionar algunos ejemplos? ¿Cuál fue el mayor polo económico de la industria del libro impreso? ¿Cuál fue la época de esplendor cultural del libro impreso? ¿Por cuánto tiempo duró la hegemonía del libro impreso? Si bien es cierto que las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC) detonan y facilitan la producción, edición y distribución del libro electrónico ¿acaso hay otras disciplinas que soporten la permanencia del libro impreso? ¿Serán los libros alternativos (libro objeto o libro de artista, libro intervenido, por mencionar algunos) quienes prolonguen la presencia cultural del libro que por mucho tiempo se conoció como libro convencional? ¿Es posible que con la mayor utilización de los implementos de las TIC (Smart phones, tablets, computadoras, etc.) se puedas crear nuevas categorías de análisis para los objetos escriturales?
Nuevas categorías de análisis: soportes, superficies o visualizadores de la escritura
Más de siete mil millones de habitantes en el mundo de los cuales 250 millones de los 650 millones de niños en el mundo en edad de recibir educación primaria no saben leer, escribir o hacer matemáticas básicas. Esto representa alrededor del 38% de la población. Esta situación nos permite reflexionar acerca de la obsolescencia, o utilidad, de la escritura que tiene más de cinco mil años. Si a esta situación le añadimos que debido a la actualización constante de programas de computadora, la publicación y disponibilidad masiva de información en la Internet nos hace sujetos potenciales de analfabetismo informacional (o digital), aunque la acumulación de soportes de la escritura nos impide de manera global acceder a su lectura, interpretación y aprovechamiento.
Desde el punto de vista de la historia, los objetos de la escritura se han elaborado con distintos materiales para diferentes fines, en principio para actividades administrativas y comerciales, y posteriormente con desenlaces para crónicas de gobernantes. Posteriormente, los objetos de la escritura se utilizaron para efectos legales (contratos civiles y comerciales), educativos (libros y tablillas de cera), literarios y recreativos, por mencionar algunos. Actualmente los soportes de la escritura tienen múltiples formas, físicas y virtuales, para una gran cantidad de quehaceres del ser humano. La compilación de estudios acerca de los soportes de la escritura está inacabada, en la medida que hay otros estudios o autores que tratan el tema, ya sea específica o tangencialmente. Aunque, encontrásemos ejemplos del uso de superficies, tangibles o intangibles, apoyados en la Tabla periódica de los elementos, nuevos viajes al espacio indican que ésta solo representa un mínimo de elementos conocidos. Por lo tanto, solo nos queda seguir añadiendo superficies, en la medida que aparezcan nuevos materiales o formas de visualizar la escritura. Es recomendable el artículo de Nestor García Clanclini (2008), Libros, pantallas y audiencias ¿Qué está cambiando?, en el cual se describe el desarrollo, no solo de estos elementos de visualización de la escritura, sino que se explican otros medios audiovisuales que conforman nuevos públicos (video, libros etc.).
Pantallas de cine y televisión
La aparición del cine y su consecuente nacimiento de esa industria, requirió también de espacios y una serie de implementos que captaran la asistencia, en principio selecto grupo de personas, masiva de personas. Espacios de hasta 5000 asistentes eran necesarios, así también las pantallas eran fenomenalmente grandes. Posteriormente, el cine tuvo que complementarse, como industria de masas, con la aparición de la televisión, hecho que marcó un hito en la nueva conformación de audiencias en la cual los televidentes podían acceder a la información, la cultura y series de programa de carácter complementario. En estos dos elementos, en las pantallas del cine y la televisión es posible encontrar espectros en los cuales puede visualizarse la escritura.
Pantallas de computadoras
En el siglo XX, desde que las computadoras personales se comercializaron, los cambios en la sociedad fueron notables, tanto en la cantidad de personas que tienen acceso a ellas, como en los culturales, laborales y de apropiación, todas ellas como nuevas formas de acceder a los datos, la información y el conocimiento, sobretodo, cuando las computadoras se interconectaron. Así surgió el fenómeno de la Internet, y mediante la adopción de esas tecnologías, germinó un nuevo término: la sociedad de la información. Dando origen a “redes de información y redes de entretenimiento” (García Canclini, 2008), nuevas formas de ejercer el poder, innovadoras maneras de acceder a la información y el conocimiento, pero también a otras maneras de control social. Véase el artículo de Celso Martínez Musiño (2011), Desinformar en la sociedad de la información, en el cual se enumeran tres formas de desinformar: guardando la información, dosificando la información, o en su defecto saturando de información.
Pantallas de dispositivos móviles
En principio las pantallas de cine eran cada vez más grandes, los televisores por igual; ambos tipos también mejoraron en calidad. Sin embargo, las pantallas de las computadoras se han desarrollado de manera distinta, sí algunas veces sus tamaños crecieron y mejoraron en calidad, pero en estos momentos, a principios del Siglo XXI, han aparecido nuevos dispositivos que simulan los procesos de las computadoras y ofrecen servicios similares: los dispositivos móviles de información y comunicación; los hay desde teléfonos, celulares, iPad (tablero-computadora multitáctil desarrollado por la empresa Apple, Inc.), Tablets (Tableta electrónica), por mencionar algunos. En este tipo de dispositivos con pantallas de variados tamaños y características de visualización, y de escribir, pues los táctiles, es posible no tanto considerarlos como soportes de la escritura sino como visualizadores de la misma.
Los objetos escriturales en el arte
Retomando la última función estética de la escritura, mencionada en la introducción de eta investigación, ¿será posible abordar el acompañamiento de texto en las obras plásticas? ¿Desde cuándo la obra plástica comenzó a firmarse? ¿Cuáles elementos escriturales se han reflejado en la obra plástica? Al respecto se recomienda el libro Écrire, con diseños de Daniel Pennac (2007), en el cual se muestra una amplia gama de aplicaciones estéticas del estilógrafo en la vida cotidiana de las personas, o en su defecto de hechos o eventos sociales. En relación a las firmas, se recomienda el libro Sign here! Handwriting in the age of new media (Neef, van Dijck & Ketelaar, 2006) en el cual se analizan y presentan imágenes que ilustran las rúbricas tanto en papel, en dispositivos móviles (PDA’s: Personal Digital Assistant, en inglés, o Ayudante personal digital, en idioma español), pantallas de computadoras e incluso en el cuerpo humano.
El cuerpo humano como superficie de la escritura
A lo largo de la historia, y desde la aparición de los alfabetos, el ser humano elaboró múltiples objetos. Actualmente la gama de posibilidades de escribir y mostrar la escritura, no solo se ha ampliado, sino que se ha sofisticado. La escritura, en principio, se desarrolló con fines de preservación de la memoria, para recontar historias, para actividades administrativas, para difundir pautas de conductas, para exaltar acciones de autoridades, por mencionar algunos. Actualmente, a la escritura le damos múltiples usos: para conocer o para darnos a conocer, para saber acerca de otras culturas, para aprender y así mejorar el status (individual o colectivo). A la escritura también le hemos dado usos sociales, como la comunicación, el establecimiento de códigos para mantener o modificar el orden. No obstante las múltiples funciones, roles o tipos de objetos y superficies de la escritura, es posible cuestionarse si el cuerpo humano, y en particular la piel, es o ha sido objeto o sujeto de la escritura, y si la respuesta es afirmativa, ¿cuáles han sido las causas, motivaciones o circunstancias de la portabilidad escritural? Esta y otras interrogantes pueden marcar la pauta de otros estudios.
Del libro tradicional al libro alternativo
El libro tradicional, es decir el libro como se ha conocido desde la Edad Media, ya sea manuscrito o impreso, desde finales del Siglo XX se ha visto disminuido en su presencia económica, y culturalmente en la medida que aparece un nuevo actor, el libro electrónico. Entre las ventajas del libro impreso y el libo electrónico se ha abierto un debate, incluso de posturas extremas que argumenta que el libro tal cual se conoció por varios Siglos desaparecerían, y por el otro lado sería reemplazado por el libro cuya lectura se hace mediante dispositivos electrónicos (computadoras, laptops, tabletas electrónicas, smartphones, por mencionar algunos). Lo cierto es que al igual que con la transición de otros objetos escriturales, de la tableta de arcilla al rollo de papiro, del papiro al libro manuscrito, del manuscrito al libro impreso, han tenido que convivir. Ante el hecho del uso de libros impresos y electrónicos, aparece una nueva forma de manifestación cultura: el libro alternativo. Lo cual puede generar cuestionamientos: si la escritura, a través del objeto libro se ha reflejado en distintas manifestaciones artísticas, ¿es posible que los creadores encuentren en este símbolo, el libro tradicional o convencional, un objeto de inspiración? ¿Qué materiales utilizan para su reelaboración o intervención?
Conclusiones
Antes que nada, los enunciados no deben considerarse como conclusivos sino como un avance de la investigación. Así, entonces es posible considerar que hay cuatro elementos principales que han proporcionado dimensiones revolucionarias en la escritura: las tablillas de arcilla, el papiro, el pergamino, el papel y actualmente Internet y sus múltiples aplicaciones. El uso de cada uno de esos materiales no fue desplazado instantáneamente sino que convivieron simultáneamente. Así, en la época actual observamos los usos y preferencias tanto de libros en formato físico, como electrónico.
Al considerarse esta investigación en proceso de desarrollo, mediante los hallazgos encontrados es posible encontrar nuevos tópicos, por ejemplo, los objetos escriturales de las comunidades mesoamericanas, el tipo de materiales preferidos en los libros manuscritos, la escritura en la piel humana, la aparición de la escritura o los objetos escriturales en las obras de arte, la aparición de novedosos e innovadores visualizadores de la escritura, por mencionar algunos temas. O bien para una obra mayor es posible plantearse objetivos e hipótesis, también de mayor envergadura. Como objetivos para un estudio descriptivo mayor, es posible, entonces, postular los siguientes: a) investigar quiénes han escrito acerca de los soportes de la escritura; describir los temas de las investigaciones en los cuales se estudian a los soportes de la escritura; b) elaborar una línea del tiempo de los usos de los soportes de la escritura; y, c) referir las funciones que los soportes de la escritura han tenido a lo largo de la historia. Y como hipótesis, plantear que: 1) hay escases de estudios dedicados exclusivamente al estudio de los soportes de la escritura; 2) los temas que abordan los soportes de la escritura son de carácter histórico; 3) la descripción de ciertos objetos de la escritura, de acuerdo a su tiempo, se sobredimensiona; y 4) las funciones de la escritura alternan su importancia de acuerdo a intereses propios de cada periodo del desarrollo humano.
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Sobre o autor / About the Author:
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Universidad de Zaragoza, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Ciencias de la Documentación e Historia de la Ciencia