*Lewis R. Journals Feel Pressure to Speed the Publishing Process. Scientist 1994;8(18):21-3. Condensación: Lic. José Antonio López Espinosa. Departamento de Servicios de Información. CNICM.Con la llegada de la era electrónica, se ha desarrollado una nueva tecnología que acorta la fase productiva del trabajo editorial y que imprime mayor rapidez a la marcha de las investigaciones. En virtud de ello, las publicaciones periódicas de diversas ciencias se han visto presionadas a reducir el tiempo que transcurre desde el recibimiento de los manuscritos hasta su publicación. Consiguientemente, los investigadores manifiestan cada vez más su inconformidad de tener que aguardar varios meses antes de que sus trabajos lleguen a la imprenta.
"Por regla general se consume alrededor de un año entre la presentación de un trabajo a la editorial y su publicación, especialmente en aquellos casos en que los árbitros consideran que algo está mal, lo que trae por consecuencia que el material se mantenga durante cierto tiempo saltando de una mano a otra", dice Charles E. Lessman, profesor de Biología de la Universidad de Memphis.
"Una revista que sea capaz de publicar un artículo en el término de un mes, ofrece una forma de atraer los mejores trabajos, especialmente en un marco competitivo", afirma Monica Bradford, directora de la conocida revista Science.
Bradford asegura que en su revista transcurre un tiempo promedio de 20 semanas entre la entrega de un artículo y su publicación, aunque añade que el proceso se puede acelerar si se trata de artículos relevantes en materia de salud pública, o que abordan aspectos muy importantes desde el punto de vista competitivo.
El retardo de unos cuantos meses en el procesamiento editorial de varios manuscritos redactados por distintos grupos científicos enfrascados en investigaciones sobre los genomas, pudiera significar la diferencia entre recibir el crédito por el descubrimiento de un gen, o simplemente por confirmar un hallazgo logrado por un grupo competidor.
Las presiones tradicionales que hoy día se acumulan a causa de la gran competencia, estimulan a los científicos a querer ver su trabajo impreso tan pronto como sea posible, lo que en realidad conduce a una gran acumulación de manuscritos no publicados en las oficinas de las casas editoriales.
Según Martha Davis, Profesora Asistente en el Departamento de Agronomía de la Universidad de Arkansas en Fayetteville, "el fenómeno de publicar o perecer está más vigente que nunca. En nuestro medio, cualquier investigador que aspire a una promoción o cargo, ha de tener un número determinado de artículos publicados. Es por ello que algunos científicos reportan resultados parciales de experimentos, a fin de publicar más de un artículo sobre un mismo aspecto".
"La gente quiere publicar rápidamen te, cuestión que un buen aditor debe solucionar agilizando el trabajo dentro del proceso de arbitraje", apunta Harvey Bialy, biólogo molecular, quien es además editor investigador en Bio Technology, publicada por Nature Publishing Co., en Nueva York.
Bialy alega que él orienta que la evaluación de los manuscritos debe cumplirse dentro de los dos días posteriores a su recepción, con el compromiso de los árbitros de tenerlos de vuelta a más tardar en dos semanas. El arbitra je incluye la verificación de los procedimientos prácticos descritos en los trabajos. Este método permite que la mayor parte de los materiales vean la luz entre los dos y los cuatro meses siguientes a su aceptación.
Algunas publicaciones periódicas pueden incluso superar al rápido programa de Bio Technology. Tal es el caso de Advances in Scientific Research (ASR), que debutó en abril de 1994 y promete la publicación de los manuscri tos al mes de recibidos.
"La idea de lograr una revista que publique rápidamente los trabajos que recibe es una realidad resultante de muchas discusiones con mis colegas a través de varios años", dice David Phillips, cofundador junto a David Newman de ASR.
Phillips y Newman cumplen su promesa comunicándose con una red de expertos revisores que trabajan con rapidez. "Cuando recibimos un manuscrito, le hacemos una rápida revisión y luego lo enviamos a distintos árbitros", apunta Phillips. "Solicitamos a estos expertos nos hagan saber si pueden devolver el trabajo evaluado en 72 horas. De no ser posible para ellos, les damos las gracias y buscamos otros revisores. Posteriormente le remitimos los comentarios al autor y, en los casos en que se precise su concurso para hacer modificaciones, la rapidez del proceso posterior dependerá justamente de él".
Lessman, que fue coautor de un trabajo publicado en ASR, confirma que "...la revista trabaja velozmente. Nuestro trabajo se evaluó en una semana. Nosotros lo enviamos por fax; recibimos los comentarios una semana después; hicimos algunos cambios y lo volvimos a remitir. Este es el modo en que todo debe hacerse".
Garry Evans, un profesor de Química tuvo una experiencia similar. Según dice, "...pasaron menos de 40 días desde el envío del trabajo hasta el momento en que yo ya estaba leyendo los reprints".
Como si el reto de publicar rápida mente no fuera suficiente, esta nueva revista tiene además un perfil muy amplio, pues acepta trabajos de física, química, biología, ciencias ambientales y otros estudios interdisciplinarios, a cuyo efecto interactúa con una red de científicos que le ofrecen el necesario apoyo editorial y técnico.