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ACIMED 6(1):42-49, 1998

CONFERENCIAS

Panorámica general de las revistas biomédicas de Cuba. Presente y futuro*

Dr. Francisco Rojas Ochoa1

* Trabajo presentado en el taller La Telemática y la Universidad en el Desarrollo de los Sistemas Locales de Salud. La Habana, 2-6 de junio de 1997.

  1. Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular. Presidente de la Comisión de Grados Científicos del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.

El mundo de las publicaciones científicas, en especial el de las revistas, ha crecido aceleradamente y sostiene aún un rápido crecimiento en lo que a número de revistas y artículos se refiere. Esto ocurre, de modo destacado, en el campo de las publicaciones biomédicas, de medicina clínica y de salud pública o medicina social.

Cuba no escapa a esta tendencia de crecimiento. Nuestras revistas comienzan a publicarse en el siglo pasado. A fines de éste y principios del siglo xx, algunas alcanzaron, a mi juicio, una alta calidad, a la altura de lo que se producía en el mundo en ese momento. Ejemplos son Crónica Médico Quirúrgica de La Habana y Boletín Oficial de la Secretaría de Sanidad y Beneficencia. Sin embargo, en los primeros 60 años de este siglo, salvo ciertas excepciones, la producción científica de alta calidad tiene un sensible retroceso. Con la toma del poder por la Revolución se produjeron profundos cambios en la estructura de la sociedad cubana y sus instituciones. Desaparecieron casi todas las revistas de la etapa previa y aparecieron en nuevos marcos las revistas con que hoy contamos.

El universo de revistas cubanas del área médica alcanza hoy el número de 28 títulos, editados por el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM), a los que se añaden otros que incluyen temas médicos, aunque no de modo exclusivo. Este número de revistas es, en mi opinión, exagerado, y la calidad deficiente que se observa en la mayoría de ellas está ligada a esta dispersión de los artículos bien calificados que se producen entre tantos títulos.

Como consecuencia de la crisis económica intensa que está afectando al país, en los años 90 han desaparecido más de 10 revistas que se editaban en provincias. O sea, alrededor de 1990 el número de títulos llegó a rebasar los 40. La causa de la reducción del número de títulos fue la crisis económica, y no el desarrollo de una política de limitación de éstos. Por ello hoy, cuando la situación del país comienza a recuperarse, ya se promueven nuevas publicaciones, sin reducción de las actuales.

En mi opinión es insostenible el número actual de revistas, si se propone que cada una tenga un nivel científico alto. Aceptando una idea de Padrón,1 supongamos que sólo se editen 20 títulos, cada uno 4 veces al año, con una media de 10 artículos originales por número. Esto haría necesario contar con 800 artículos de alta calidad. No creo que esto sea posible hoy, ni en un futuro cercano. Además, )que podríamos aportar a las revistas de "corriente principal", de alta "visibilidad" internacional? Considero que aún la cantidad y calidad de los artículos originales, de investigación, son insuficientes, y son éstos los que deben cubrir al menos el 60 % del espacio de cada número de una revista.

Aproximémonos más a las revistas que hoy se editan en Cuba en el área médica. De los 28 títulos, 19 son de perfil clínico, 4 de salud pública, 1 de biomedicina y 4 de otros contenidos.

La más antigua de estas publicaciones es la Revista Cubana de Pediatría, que apareció por primera vez hace 69 años, en 1928. He visto mejorada su calidad en años recientes. La Revista Cubana de Medicina Tropical, con varios años a nivel alto en su calidad apareció en 1945, hace 52 años. La otra publicación anterior a 1959 son los Cuadernos de Historia de la Salud Pública, que circulan desde hace 45 años.

La veteranía de estas publicaciones, su aparición sistemática, sólo interrumpida por factores ajenos a la revista y su calidad, me llevan a defender su permanencia y a proponer su fortalecimiento en todos los aspectos, en especial incrementar su frecuencia y mejorar su edición e impresión. En años recientes se redujo tanto su frecuencia como el número de páginas.

Las 25 revistas restantes se publican desde 1959 (Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana) o años posteriores y su aparición según quinquenios fue la siguiente:

1958 - 1962 --------------- 1
1963 - 1967 --------------- 3
1968 - 1972 --------------- 3
1973 - 1977 --------------- 2
1978 - 1982 --------------- 1
1983 - 1987 ---------------12
1988 - 1992 --------------- 2
1993 - 1997 --------------- 1
Hay coincidencia en que el quinquenio en que aparecen más títulos nuevos corresponde a aquél en que el país disfrutó de mejor situación económica. Sin embargo, el incremento numérico no vino aparejado con una calidad alta en cada revista. Siempre aparece la dispersión de los pocos buenos artículos entre los numerosos títulos como una determinante limitadora de la calidad global.

Otro factor que ha conspirado contra la excelencia de los artículos en estas revistas cubanas, es la intención de colocar la producción de artículos en las revistas de corriente principal de alta visibilidad internacional, o sea la exportación de los trabajos, para lo cual los autores escogen lo mejor que producen. La pérdida de esos mejores artículos por las revistas cubanas se refleja en los datos que publican Pelegrini, Goldbaum y Silvi en un artículo que estudia la producción de seis países de América Latina.2

Para Cuba encuentran, entre 1973 y 1992, lo siguiente:

Tipo de estudio período
1973-77
1978-82
1983-87
1988-92
Total
Biomédico
37
59
97
145
338
Clínico
43
77
75
94
289
Salud Pública
3
0
2
7
12
Total
83
136
174
246
39
La cifra de lo publicado crece en cada quinquenio respecto al anterior, incluido el período 1988-1992, ya con serias limitaciones económicas para el país. El crecimiento proporcional es mayor respecto a los artículos de perfil biomédico (392 %), que a los de contenido clínico (218 %). En mi opinión esto es consecuencia del desarrollo y fortalecimiento de centros de excelencia en el campo de la biotecnología y otras técnicas avanzadas, que ha sido política de alta prioridad en el país, donde tienen una mayor influencia los centros del Polo Científico del Oeste de La Habana, entre los que se destacan el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Centro de Inmunología Molecular, el Instituto Pedro Kourí y el Instituto Finlay.

No obstante este progreso, el número de trabajos cubanos en las citadas revistas de élite es bajo. De lo publicado por autores residentes en América Latina, entre 1973 y 1992, sólo el 1,9 % correspondió a autores cubanos en el perfil biomedicina, 1,3 % en el área clínica y 1,1% en el campo de la salud pública.2

Para el grupo de países estudiados en el trabajo citado, la producción relativa a salud pública es baja (2,7 %), y algo más de la mitad (60,7 %) es originada en Brasil. La pobreza de Cuba en esta área es notable e injustificada. De los tres perfiles definidos, el más propicio para escribir "mucho y bueno" para nosotros es el de salud pública. No obstante los avances y el nivel del país en biomedicina y clínica, es en salud pública donde se han alcanzado los logros más notables, que se sintetizan en el valor de índices de salud y bienestar de la población cubana altamente positivos. Sin embargo, salvo notable excepción, estos resultados no se traducen en publicaciones científicas. Cuando lo hacemos, publicamos en revistas periféricas, cubanas o no. Sospecho que ello se relaciona con una proporción baja de especialistas en este campo con dominio del idioma inglés, además de ser, también dentro de las publicaciones nacionales, los autores de menor productividad.

Las revistas extranjeras que incluyen artículos de autores cubanos son principalmente de Europa (80 %), apenas el 14 % aparece en publicaciones de los Estados Unidos.2

El impacto de los artículos de los autores cubanos, medido a través de citaciones por artículos de un país relativas a citaciones por artículos del conjunto de seis países analizados, ofrece para Cuba el resultado más bajo (0,50), Argentina alcanzó el más alto (1,0), seguida por Brasil (0,91).2

Volvamos al panorama de las revistas cubanas. En años recientes todas redujeron su frecuencia de aparición y número de páginas; varias de ellas no poseen "colchón editorial", y demoran su salida esperando artículos para alcanzar a cubrir su escaso número de páginas. Esto las lleva a aceptar trabajos obviamente deficientes.

En las 28 revistas analizadas, la frecuencia de aparición se distribuye así:

1 X año --------- 1

2 X año --------- 14

3 X año --------- 7

4 X año --------- 5

6 X año --------- 1

De modo que el 80 %, 22 revistas, aparece menos de 4 veces al año. Estas revistas no cumplen satisfactoriamente con la periodicidad mínima deseable (trimestral). A esto debemos añadir como factor negativo la irregularidad, sistemáticamente con retraso, en la circulación de cada nuevo número.

Sólo 2 revistas planifican sus ediciones con 100 o más páginas. La moda es de 72 páginas y 3 sólo alcanzan 48 páginas.

La circulación oscila entre 250 ejemplares por número (ese es el caso de una revista dedicada a especialistas en información científico-técnica) y 6 000 ejemplares (la destinada a los profesionales de la atención primaria y otra de estudiantes de ciencias de la salud). Del total, la tirada de 21 títulos oscila entre 1 000 y 2 000 ejemplares.

En la práctica no existen suscriptores de las revistas. Su distribución resulta gratuita. El costo lo absorbe el CNICM (el Estado). Esto lo considero negativo. En tanto las revistas no alcancen crédito para ganar suscriptores que paguen por ellas, y liberen al Estado de estos desembolsos, no se justifica la existencia de esas publicaciones. Por supuesto que los únicos ingresos de una revista no serán las suscripciones, pero este principio debe sostenerse, al menos a partir de cierto número de años de vida de la publicación. Éste debe ser uno de los criterios de viabilidad de una revista: su número de suscriptores.

Sin dudas es pobre la motivación de los lectores para suscribirse a nuestras revistas, por los numerosos factores que limitan la calidad de éstas que venimos señalando. Igual falta de motivación se percibe en los autores, árbitros y otros actores del proceso editorial. Es preciso abordar este aspecto del problema, no necesariamente subordinado a la estimulación económica. Un ejemplo de estímulo necesario es el relativo a los árbitros, que trabajan de manera anónima, sin que al menos periódicamente se den a conocer sus nombres y se destaque la importancia de su trabajo.

Nuestras revistas tienen una baja aceptación para su inclusión en los sistemas de referencia indizados. De las 28 revistas examinadas 23 (82 %) se incluyen en LILACS; 17 (60 %) aparecen en Ulrich's; sólo 3 (10 %) en Medline y Excerpta Médica, 1 (3 %) en Index Medicus e IMLA. De estas publicaciones 3 (10 %) no se incluyen en ningún sistema. Ninguna de las revistas mencionadas se incluye en la base de datos del Institute for Scientific Information (ISI) ní aparecen en Current Contents.

Consultoría Biomundi ha publicado recientemente un interesante trabajo en que se analiza la presencia de publicaciones cubanas del sector bio-ciencias en bases de datos internacionales. Las bases de datos revisadas fueron: Medline, Excerpta Medica, Life Sciences Collection, Analytical Abstracts, Food Science and Technology Abstracts, CAB Abstracts y Agris.3

De ahí tomamos estos datos:

Para interpretar la información presentada es crucial situar estos hechos en el contexto económico, político y social de Cuba en los últimos 35 años y particularmente en el último quinquenio, durante el llamado "período especial". En este contexto es que debemos reflexionar sobre la situación expuesta y las alternativas de solución, en que el país ha debido enfrentarse y rebasar el desplome de sus aliados estratégicos en materia económica, los países de economía centralizada del Este de Europa, en especial la Unión Soviética, el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno de los EE.UU., con formas de presión y agresión más violentas que en los primeros 30 años, como lo indican las leyes Torricelli y Helms-Burton y la ocurrencia de catástrofes naturales.

No es precisamente con un reclamo de cuantiosos recursos y el aumento del número de títulos, su frecuencia de aparición y tiraje de cada edición que debemos abordar el problema que he estado exponiendo. A lo expresado podemos añadir otros elementos.

Coincido con Padrón,1 en que la calidad de su contenido constituye el elemento más importante de la calidad global de una revista. Otros factores adicionales a los mencionados que limitan la calidad de las revistas bajo análisis son:

Todo esto está condicionado y agravado por el número excesivo de publicaciones. Al respecto Krauskopf y Vera4 afirman: "Por ello, sin contemplaciones, debería evitarse la proliferación de revistas donde el proceso de autentificación de los hallazgos que se comunican son un remedo y fingimiento de rigurosidad". Y añaden: "La existencia mayoritaria de revistas de dudosa calidad contamina irremediablemente la credibilidad de la comunidad que dicen representar o donde se insertan y afecta a aquellas que son claro reflejo de un proceso editorial exigente, intenso, riguroso, respaldado por árbitros de probada vigencia en los temas sobre los que se pronuncia.+4

Un remedio a la proliferación de revistas es su integración o fusión, para lo que puede partirse de la afirmación de Padrón1 que reconoce "consenso de que lo último que necesita la comunidad científica internacional en estos momentos es una nueva revista científica". La tendencia a la fusión no es sólo de los subdesarrollados o pobres, también lo es en ocasiones del "Primer Mundo", donde suele prevalecer el interés económico. Al parecer esto es más difícil entre latinoamericanos y cubanos. Entre nosotros ya se ha propuesto, pero hasta ahora sin resultados. En tanto esto no se haga, no mejoraremos de modo sustancial la calidad de lo existente.

La proposición de fusión parte de lanzar una revista nueva (el pecado original), pero de perfil amplio, interdisciplinaria, que no existe hoy. Al calor de esta iniciativa se dejarían de publicar las más débiles (algo más de 10) de las actuales. En la nueva publicación serán elementos esenciales:

Lo dicho aquí para esta revista que se propone, como parte de una política de reducción del número actual de títulos, son criterios que deberán aplicar todas las revistas.

En la estrategia de fusión o integración es pieza fundamental la evaluación de las revistas existentes por un comité independiente, con participación de los evaluados. Es recomendable al respecto el estudio del artículo "La evaluación de Revistas Biomédicas Mexicanas", del Centro Nacional de Información y Documentación sobre Salud.5

Una evaluación rigurosa es el mejor método para decidir qué revistas deben mantenerse.

En este trabajo he citado artículos y se utilizan datos de estudios cuantitativos de la literatura científica médica, realizados a partir de bases de datos muy conocidas, como la del ISI. Estos instrumentos son pertinentes y ayudan a conocer el problema que afrontan nuestras revistas en el contexto internacional. Pero el trabajo con esas bases de datos y los índices que producen debe interpretarse con cautela por las limitaciones metodológicas que los afectan. Al respecto las advertencias de Spinak6 deben ser tenidas en cuenta. Él nos dice: "[...] considero preocupante que para diseñar una política científica en América Latina se parta de una visión elitista de la empresa científica y se hagan ciertas interpretaciones de los análisis cuantitativos [...]"; y añade: "conviene evitar que en América Latina y el Caribe sigan aflorando intempestivamente análisis que copian procedimientos foráneos sin hacer las adecuaciones socioeconómicas e institucionales pertinentes".

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Padrón GJ. Algunas reflexiones sobre las revistas científicas en Cuba. La Habana: Elfos Scientiae, 1996.
  2. Pelegrini A, Goldbaum M, Silvi J. Producción de artículos científicos sobre salud en seis países de América Latina, 1973 a 1992. Rev Panam Salud Pública 1997;1(1):23-34.
  3. Consultoría Biomundi. Presencia de publicaciones cubanas del sector biociencias en bases de datos internacionales 1990-1995: informe para el Polo del Oeste de La Habana. La Habana: IDICT, Biomundi Consultoría, 1997:1-13.
  4. Krauskopf M, Vera MI. Las revistas latinoamericanas de corriente principal: indicadores y estrategias para su consolidación. Interciencia 1995;20(3):144-8.
  5. Comité de Evaluación de Revistas Biomédicas Mexicanas del Centro Nacional de Información y Documentación sobre Salud. La evaluación de revistas biomédicas mexicanas. Rev Méd Hosp Gen Méx 1994;57(2):81-7.
  6. Spinak E. Los análisis cuantitativos de la literatura científica y su validez para juzgar la producción latinoamericana. Bol Of Sanit Panam 1996;120(2):139-46.
Recibido: 15 de diciembre de 1997.

Aprobado: 28 de diciembre de 1997.

Dr. Francisco Rojas Ochoa. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Calle E No. 454, entre 19 y 21. El Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba. CP 10400.

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